¿Por qué un blog para que nadie lo lea?
Hay muchas, excesivas, opiniones vertidas por muchas,
muchas, personas. No pocos luchan por
destacar, por hacerse ver entre la multitud, para ello gritan más fuerte, o más
feo, o brillan más brillantes, o pagan más, o tienen más suerte. Cumplen ese
axioma humano de sociabilidad, ejercen su derecho al botón estrella de este
nuevo siglo, ese que pone “compartir”.
Parece que el río no suena si nadie lo oye. Demostremos que
es mentira. El río sonará aunque no lo oiga nadie. Proyectemos una existencia y
enviémosla al mundo para que cualquiera que teclee la URL tenga acceso,
cualquiera de los miles de millones de personas podrá leer esto, y a priori
ninguna lo hará.
No es mi intención hacer una regresión a los ideales
románticos donde primaba la estoicidad aderezada con muerte en último término,
ni mucho menos. Pero no deja de tener un toque poético escribir un pequeño
silencio universal. Las palabras que aquí utilice serán silencio y estarán ahí.